Tradicionalmente, el Kobudo de Okinawa es practicado por los karatekas, porque las técnicas de Kobudo se basan en
las del Karate. Normalmente su enseñanza se limita a los ejercicios de forma clásicos (Kata) con las diferentes armas.
En cambio, las técnicas de Kumite se enseñan raras veces.
El manejo correcto de las armas suele resultar difícil para los principiantes, e incluso, para alumnos de Karate con un cierto nivel de entrenamiento. Esto es así debido a que, en el Karate, solo hay que preocuparse de "manejar" correctamente el propio cuerpo. Lograr un cierto nivel de coordinación de movimientos y dominio de las técnicas, sin ser fácil, es accesible casi desde el principio: Cada persona ya está acostumbrada a mover su cuerpo, y conoce sus dimensiones y posibilidades. El Kobudo resulta más dificil, precisamente porque a la dificultad de aprender a desplazarse y ejecutar técnicas correctamente, se añade un componente extraño al propio cuerpo. Aquel giro que parecía sencillo de realizar, con las manos apoyadas en las caderas, se convierte en algo complicado si se tiene en las manos un bastón de casi dos metros, o un nunchaku girando a toda velocidad (con el riesgo añadido de golpearse uno mismo al menor error). Personalmente, y aparte de su valor como técnica de lucha per-se, considero que su dificultad es, precisamente, su principal ventaja para un practicante de cualquier otro arte marcial, y en especial el Karate. Pequeños defectos en la técnica que pasarían desapercibidos, se hacen evidentes con un arma de Kobudo entre manos. Además, es más exigente en cuanto a coordinación de movimientos se refiere, y por ello su práctica sirve para perfeccionar la técnica del karateka. El principal problema que existe hoy en día es que la práctica del Kobudo no tiene un método de enseñanza establecido, al contrario de como sucede en el Karate. De ahí el interés que presenta el método Shorei-Kai desarrollado por el maestro Toshio Tamano. |
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